Tapeando por Zaragoza

Zaragoza es una de las ciudades más divertidas para ir de bares. A los zaragozanos les gusta el tapeo y la charla, y muestra de ello es la emergente oferta de bares que, sumados a los de toda la vida, hacen un no parar cada vez se visita la capital aragonesa. Lo primero que se viene a la cabeza cuando se habla del tapeo en Zaragoza es el Tubo y el centro antiguo, pero hay muchos más barrios que cada vez están más de moda. La Universidad, Delicias, o la Magdalena esconden verdaderos tesoros culinarios.

El Tubo es la zona más conocida de pinchos de Zaragoza, no en vano en un pequeño puñado de callejuelas se concentran decenas de bares que hacen arte de estos pequeños bocados.

Otra de las zonas más frecuentadas para ir de tapas en Zaragoza es el Centro. Y es que es donde más densidad hay de bares en la ciudad y por donde la gente más sale. Aunque la zona anterior, El Tubo, pertenece al Centro, hemos querido nombrarla a parte por motivos obvios.

Si el Tubo y el Centro son las dos zonas de tapas más conocidas, el distrito de Las Delicias es la siguiente. Hay repartidas en este barrio, el más grande de Zaragoza, varias joyas como el Bar Artigas, la Taberna Gasca, el Pinocho o el Mesón Martín, y varios bares de barrio, de los de toda la vida, que absolutamente nada tienen que envidiar a los mejores bares de otras zonas de tapas de Zaragoza.

Mención especial a Puerta Cinegia Gastronómica, ubicado en la primera planta de un moderno edificio construido sobre una de las cuatro puertas que daba acceso a la Zaragoza romana, justo frente a la Plaza de España y al lado de El Tubo. Los promotores se inspiraron en mercados gourmet como San Ildefonso, San Antón y San Miguel, en Madrid o La Boquería, en Barcelona, pioneros en España en aunar en un lugar, alimentación, gastronomía y ocio, y que a su vez son fiel reflejo de los populares Street Markets de las grandes ciudades europeas, como París, Londres o Amsterdam.

El concepto de este espacio (unos 2.200 metros cuadrados de gastronomía y ocio) consiste en ofrecer variedad a través de sus casi 20 puestos. Locales que son una representación de los restauradores clásicos de la ciudad y que sirven platos y pinchos que el cliente podrá degustar en las mesas centrales, donde también se ubican la vinoteca y la cervecería.