Seguro que has oído innumerables veces definir Toledo como la ciudad de las tres culturas. No es para menos, ya que la convivencia de las culturas, cristiana, musulmana y judía en el Toledo medieval fue un momento glorioso en la historia de España. En homenaje a ese periodo de tolerancia, que tanto echamos de menos estos días, vamos a descubrirte esos tesoros que hay que ver en Toledo dejados por cada una de las tres culturas, y que no puedes perderte en tu visita a esta espléndida ciudad.
Qué ver en Toledo: La herencia judía
La judería de Toledo es considerada la más importante de España. El entramado de sus calles y cobertizos es estrecho y laberíntico, como suele ser habitual en los barrios de la época. Aunque para el visitante no perderse en sus vías supone un reto, sin duda forma parte de su encanto. Es su seña de identidad, podríamos decir.
En los siglos XII y XIII la de Toledo era la judería más poblada y rica de la península. Lo que sobrevivió hasta nuestros días, para deleite del viajero, es en gran medida producto de aquella época de esplendor, y de esas cosas que hay que ver en Toledo sí o sí.
Azulejos y baldosas que señalan qué ver en Toledo
Es de agradecer que las autoridades toledanas hayan puesto en valor la judería con una serie de medidas realmente atractivas. La principal es que se han colocado más 500 azulejos el suelo que sirven para señalar los límites de la judería y señalizar los monumentos más importantes. En las baldosas podemos encontrar cualquiera de estos tres símbolos: la menorá, que es el candelabro judío de siente brazos; la palabra jai, que significa vida en hebreo; y por último el símbolo de la Red de Juderías de España.
Pero aparte de las propias calles empedradas y los mercados, hay dos espacios monumentales destacan en el barrio judío de Toledo. Nos referimos a la Sinagoga del Tránsito y a la Sinagoga de Santa María la Blanca.
La Sinagoga del Tránsito
Su verdadero nombre es Sinagoga de Samuel ha Leví y data del siglo XIV. En su reducido espacio ofrece mucho para maravillarse, desde su cubierta de madera policromada, pasando por las yeserías salpicadas de inscripciones árabes y hebreas. Por último tenemos el hekal, el lugar donde se guardaba la Torah. El paso al hekal está encuadrado bajo tres pequeños arcos polilobulados, sostenidos por delicadas columnas. A continuación vemos una red de arcos superpuestos con decoración vegetal que todavía conserva el negro, rojo y verde originales.
En la actualidad alberga el Museo Nacional de Arte Hispanojudío y Sefardí.
La Sinagoga de Santa María la Blanca
Es más antigua, pues se erigió en el siglo XII. Llama la atención por su estilo mudéjar, que recoge la tradición de la arquitectura islámica. Así, en su construcción destaca un entramado de pilares octogonales, con capiteles de figuras de piña, arcos de herradura y motivos tanto geométricos como vegetales. La blancura de sus elementos arquitectónicos transmite pureza y esplendor al visitante, y lo conmueven al primer vistazo.
Actualmente no se dedica al culto sino como espacio incomparable para conciertos y otras actividades.
Qué ver en Toledo: La huella musulmana
El dominio musulmán de Toledo se prolongó más de 300 años. Prueba de ello es un patrimonio rico en construcciones que obligatoriamente tiene que aparecer en cualquier lista de cosas que ver en Toledo.
La estética mudéjar también salpica el entorno musulmán de Toledo en lugares como la Puerta Vieja de Bisagra, que da acceso al interior del casco histórico atravesando la muralla, o las puertas del Sol y de Alarcones, ambas consideradas de los accesos mejor defendidos de Toledo.
Pero los espacios que más atraen las visitas son los siguientes:
Iglesia del Cristo de la Luz
Puede que su nombre actual lleve a engaño, pero en realidad es una antigua mezquita. También se la conoce como mezquita de Bab al-Marmum y es la que mejor se conserva de todas las mezquitas que llegó a haber en Toledo. Data de finales del siglo X y fue construida en el característico ladrillo rojo, típico de la mampostería islámica.
En el interior disfrutaremos de todos los elementos típicos de la arquitectura árabe: arcos de varios lóbulos, de medio punto y de herradura, así como nueve espectaculares bóvedas apoyadas en esbeltas columnas.
La Iglesia-Mezquita de El Salvador
Esta construcción, una de las más importantes en su época, todavía conserva la arquería original completa. Del siglo IX, está compuesta de arcos herradura sobre capiteles romanos y visigodos.
Aunque quizá lo más destacado desde el punto de vista patrimonial sea una pilastra que se remonta a época paleocristiana. Se trata de una de piezas más antiguas que se conservan de ese período y que contiene imágenes figurativas relativas a la vida de Cristo.
Plaza de Zocodover
También emblemática del pasado musulmán de Toledo es la neurálgica plaza de Zocodover. Es la plaza mayor de la ciudad y, como tal, está llena de vida día y noche. Es el lugar ideal para disfrutar de un aperitivo en una de sus terrazas y pasearse por los escaparates de las muchas y bulliciosas tiendas de recuerdos que se concentran en la zona. Mucho más agradable, qué duda cabe, que las ejecuciones públicas que se realizaban en época medieval en este mismo espacio.
Qué ver en Toledo: El esplendor cristiano
Desde la Catedral, pasando por los numerosos conventos, hasta las incontables pequeñas iglesias que abundan por las calles toledanas, son muchas las cosas que ver en Toledo heredadas de los siglos de esplendor cristiano.
La Catedral de Santa María
La Catedral de Santa María es uno de los mayores exponentes del estilo gótico en España. Su construcción se prolongó por más de 200 años, terminándose durante el reinado de los Reyes Católicos. Presenta unas dimensiones colosales, solo superadas por las catedrales de Sevilla y de Milán. Sobrecoge su iluminación interior, aportada por más de 750 vidrieras rebosantes de colorido.
Este espacio también es conocido por la celebración de las tradicionales Batallas de Órganos, en las que distintos organistas se enfrentan en un concierto de exhibición. Es una forma de poner en valor los órganos de herencia barroca que posee la Catedral, cuya sonoridad no deja indiferente.
Iglesia de Santo Tomé
En la Parroquia de Santo Tomé está depositada, en la modesta iglesia del mismo nombre la pintura más celebrada de El Greco. Se trata de El entierro del Conde de Orgaz, un lienzo de casi 5 metros de alto realizado por el artista en 1586.
La ciudad cuenta, además, con una casa-museo dedicado por entero al pintor griego y la huella que dejó a su paso por Toledo.
Monasterio de San Juan de los Reyes
El Toledo cristiano más monumental está representado también en este ejemplo único del más bello gótico castellano. Estamos ante el lugar elegido por los Reyes Católicos para ser enterrados, por lo que fue erigido con una majestuosidad nunca vista.
El claustro del monasterio es realmente admirable, tanto por el silencio y tranquilidad que se respiran en él, como por los ricos diseños vegetales y animales que adornan las arquerías, ventanas y columnas de sus dos pisos.
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Hasta aquí nuestro repaso al patrimonio más representativo de la presencia de las tres culturas que una vez cohabitaron este privilegiado enclave envuelto situado al abrazo del Tajo. Estamos seguros de que, en cuento tengas la oportunidad, querrás ver con tus propios ojos estas maravillas.
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