Nuestro repaso de los mejores sitios que ver en Lleida nos llevará desde los Pirineos hasta la misma capital de la provincia.
Iniciamos el recorrido en el Valle de Arán, corazón de los Pirineos catalanes. Naturaleza exuberante y bellos pueblos de montaña te aguardan.
A continuación os descubriremos las iglesias románicas del Valle de Boí, Patrimonio de la Humanidad. De entre las 8 iglesias destacamos la de Santa Eulalia, de influencia lombarda.
Siguiendo hacia el sur de la provincia os presentamos la llamada Ruta de los Castillos del Sió. Nos detendremos especialmente en el Castillo de Montsonis, todavía en uso.
Por último terminaremos este tour virtual conociendo la ciudad de Lleida y su meritoria catedral vieja o Seu Vella. También atractivas son sus calles de trazado medieval, lo que no está reñido con una boyante actividad comercial.
Sitios que ver en Lleida: Valle de Arán
Ningún repaso de los lugares que ver en Lleida puede pasar por alto el paraíso natural que se esconde en el Valle de Arán. Este espacio aglutina como pocos pueblos de montaña con mucho encanto, rica arquitectura rural y rutas de senderismo inigualables. Además, las sobresalientes pistas de esquí de la estación Baqueira Beret están situadas precisamente en el Alto Arán.
Uno de los pueblos de Lleida que mejor representan este entorno bucólico es Vielha, capital del valle. Entre bosques y picos altos, Vielha te espera con un exótico patrimonio histórico, gastronomía tradicional y de alta cocina, y también una inesperada oferta comercial.
Pero Vielha no es, ni mucho menos, el único ejemplo de todo lo que tiene que ofrecer la arquitectura aranesa. Por todo el Valle de Arán y sobre las laderas de las montañas se extienden acogedores pueblos repletos de fachadas de piedra, ventanas y puertas de madera y tejados de pizarra. Salardú es uno de ellos, Arties es otro. Y Bagergue y Bossóst también son enormemente visitables.
Entornos puramente naturales
Con respecto a los entornos naturales que vale la pena descubrir en el Valle de Arán, una lista minuciosa sería enorme. Pero sirva como muestra los siguientes:
- Los lagos de Colomers, repartidos entre diversas cumbres y llenos de vida y colorido, cada uno a su manera particular.
- Las Cascadas de Sauth deth Pish son dos saltos de agua a distintas alturas, preciosos en otoño. Y el salto de Uelhs deth Joèu se cobija entre frondosos bosques de abetos y hayas.
- Flora y, sobre todo, fauna difícil de encontrar en otros lugares, como osos pardos, rebecos, marmotas o quebrantahuesos tienen aquí su hábitat.
- Barrancos, ciénagas, estanques, vertiginosas cadenas montañosas e incontables río y arroyos se despliegan por todo el Parque Nacional de Aigüestortes. Se trata del el único Parque Nacional de Cataluña y transcurre por Lleida.
Iglesia románicas del Vall de Bohí
El Vall de Boí, en el extremo noreste de la provincia de Lleida, es famoso por el conjunto de iglesias románicas que conserva. Las más antiguas proceden de los siglos XI y XII. Algunas de las más destacadas son la Iglesia de San Clemente de Taüll, la Iglesia de Santa María de Cóll o la Iglesia de San Juan de Boí.
Entre todas ellas, mención especial se merece la Iglesia Santa Eulalia de Erill la Vall. En esta construcción se entremezclan los estilos románico y lombardo, lo que le da un aire único. La iglesia ha sido objeto de múltiples excavaciones y estudios, aportando una ingente y valiosa información sobre las técnicas de construcción de la época.
Pero más allá de sus méritos arquitectónicos, la iglesia es un deleite incluso para el ojo inexperto. Las armonías del estilo lombardo se aprecian especialmente en la esbelta torre campanario de seis pisos que se alza imponente ante la nave alargada que alberga la iglesia en sí.
Y muy apreciables también son las tallas policromadas del interior de madera de álamo y de temática religiosa. Suponen un hito en la imaginería catalana del románico y gótico temprano. Hablando de sitios que ver en Lleida, toda esta región es sin duda de visita obligada.
Castillos del río Sió
A poco más de 100 km del Vall de Boí encontramos la zona de Lleida con más castillos por metro cuadrado. Esta ruta de castillos sigue el curso del río Sió, antigua frontera natural entre los condados cristianos catalanes y el reino de Al-Andalus.
De todos los sitios que ver en Lleida situados en esta región quizá el más imperdible de todos sea el Castillo de Montsonis. Tiene la particularidad de que sigue habitado pese a que se empezó a construir en el siglo XI. Sus propietarios son los barones de Albi. Verás su bandera ondear en la torre del Homenaje. Gracias a ellos se trata del primer castillo privado español que se abrió al público.
El castillo tiene un encanto y una elegancia poco comunes para una construcción medieval, que normalmente son más toscas. La fachada exterior es espléndida y robusta, aunque los gráciles ventanales de estilo gótico-renacentista le dan un toque de delicadeza. Igualmente admirable es la torre del Homenaje ya mencionada.
El Castell de Montsonís se ubica en un pueblo muy tranquilo y apartado y tan precioso como el propio castillo. El valle que lo rodea tampoco tiene desperdicio. La visita al castillo solo se puede hacer guiada. Vale mucho la pena porque en pocos lugares se puede visualizar cómo era la vida cotidiana en un castillo con tanta fidelidad. Y la visita se puede complementar con una cata de vinos DO Costers del Segre.
Otros castillos a tener en cuenta son el de Florejacs, bastante bien conservado, o el de Sitges, más modesto y escondido pero muy coqueto. Y en Baronia de Sant Oísme se conserva una atractiva torre redondeada de lo que fuera una fortaleza.
Qué ver en Lleida (capital)
Seguimos nuestro recorrido de norte a sur de la provincia para terminar en la capital, Lleida.
Para empezar señalar que, por sí sola, la catedral de la ciudad ya casi que justifica la visita. La Seu Vella, como es conocida la antigua catedral, está en lo alto de una colina, como mandan los cánones. Impresiona por sus dimensiones, su bello claustro gótico y su altísima torre campanario, coronada con elementos góticos como gárgolas.
Otros puntos de interés que dan pie a un paseo muy agradable por la zona antigua son el mirador del Castillo de la Suda, muy próximo a la catedral. Y recorrer la larga y sorprendentemente comercial Calle Mayor, y probar los caracoles a la llauna, nos parece el cierre ideal a la visita.