León es una provincia llena de atractivos y uno de sus grandes tesoros está oculto bajo tierra. Es la Cueva de Valporquero, situada en el término municipal de Vegacervera, a 47 km de la capital leonesa. Un lugar impresionante para contemplar si eres fan del turismo de naturaleza, geológico y el turismo activo.
Y no, no hay que ser un experto espeleólogo para visitar la cueva y sus grutas. La visita es segura incluso para niños y personas mayores. Se realiza a pie y con comodidad.
Aunque, si quieres, también existe la opción de hacer espeleobarranquismo de nivel I en el interior de la cueva.
Por qué ver la Cueva de Valporquero, qué tiene de especial
La cueva de Valporquero es un lugar de una belleza casi mágica, enigmático, que impresiona al visitante. Sus salas y formaciones han adquirido con el paso del tiempo unas figuras de lo más curiosas. Atraen la atención y hacen volar la imaginación.
Además, la entrada a la cueva puede resultar toda una sorpresa para el visitante. El paisaje exterior compite en belleza con el subterráneo. Y en el recinto turístico de la cueva hay servicios que hacen más confortable y placentero el día. ¡Incluso merenderos cuidados en zonas seguras y rodeados de árboles y flores!
Así que la experiencia merece doblemente la pena. Por conocer el maravilloso interior de la Cueva de Valporquero y por lo que la rodea al aire libre.
Cueva de Valporquero: salas y galerías impresionantes para amantes del turismo geológico y natural
Llegar hasta la boca de la cueva es un placer para la vista. Y no solo hablamos del camino desde León o los pueblos del entorno hasta ella, sino ya dentro del recinto. Tras una bajada por escaleras que parecen escondidas se llega a la entrada de la gruta.
La visita guiada va desentrañando parte de los misterios del lugar. Además, hace que nos fijemos en detalles únicos y conozcamos más sobre su formación a lo largo de millones de años. Algunas formaciones tienen nombre que se ajusta muy bien a la figura que parecen mostrar.
Boca de la cueva
El acceso es amplio y permite atisbar una pequeña idea de lo que encontraremos en el interior y su belleza plástica. El suelo suele estar mojado incluso si lleva semanas sin llover. Y es que por ella discurren las aguas del Arroyo de Valporquero, que volverás a encontrar en más puntos del recorrido.
Pequeñas maravillas
Muchas formaciones permiten evocar figuras conocidas y eso hace aún más mágica y divertida la visita. La Virgen con el niño, el Órgano o La torre de Pisa son algunas de ellas.
Gran rotonda
Es la sala de mayor tamaño de la Cueva de Valporquero y según se va avanzando ya en ella se llega una impresionante bóveda de 20 metros de altura atravesada por el arroyo. Salvo en verano o en épocas muy secas el ruido del agua parece envolvernos e impresiona su volumen.
En esta sala están dos de las figuras emblemáticas de la Cueva de Valporquero: La gran cascada y El fantasma, ambas blancas.
Salas de las hadas
Si tienes la suerte de visitarlo en época de lluvias podrás ver desde un mirador cómo el agua del río cae en una cascada de 15 metros de altura hacia la parte no visitable de la cueva.
Cementerio estalactítico
Este habitáculo natural está repleto de estalactitas y estalagmitas. Es un espacio oscuro que se va estrechando.
Gran Vía
¿Un nombre curioso? Sí que lo es, pero está muy bien elegido. Y es que es un gran pasillo, como una enorme calle de 200 metros de largo que llega a alcanzar los 30 metros de altura, aunque no es muy ancha. La Columna solitaria es su punto más emblemático.
Maravillas
Dejando a un lado la boca para la visita espeleológica se lleva a esta zona de la cueva que engloba seis salas visitables con formaciones de lo más sorprendentes. Y otro de los grandes atractivos de la Cueva de Valporquero, el Lago de las Maravillas.
Desde aquí se emprende el regreso que se realiza por las mismas salas.
Información práctica al visitar la Cueva de Valporquero
Visitas turísticas
Hay varias opciones para visitar la cueva.
- Recorrido normal. Incluye la visita a cinco salas y dura unos 60-65 minutos. La entrada se compra en taquilla.
- Recorrido largo. El recomendado para disfrutar de la belleza natural de la Cueva de Valporquero. Recorre siete salas y dura unos 90-100 minutos. Lo ideal es reservar con antelación porque tiene límite diario de visitantes.
- Valporquero insólito. Es el que incluye más salas y es una experiencia impresionante en la que se juega con la falta de luz. Es para grupos reducidos, la entrada se vende online. Dura entre 150 minutos y 180 minutos.
Equipamiento para ver la Cueva de Valporquero
Es recomendable llevar un buen calzado cómodo e impermeable porque puede haber filtraciones de agua en algún punto. Y ropa de abrigo pues la cueva mantiene una temperatura de unos 7ºC durante todo el año.
El entorno de la Cueva de Valporquero
Pero antes (y después) de ver todo lo que ya hemos nombrado habrá otros encantos que te conquisten por el camino.
Hoces de Vegacervera
Para llegar desde León capital a la Cueva de Valporquero hay que atravesar las Hoces de Vegacervera, en el Valle Alto del Río Torio. Se puede llegar por carretera y vayas en coche o en autobús el camino es de una belleza apabullante. Buena parte de esta zona pertenece a la Reserva de la Biosfera de los Argüellos.
Verás desfiladeros de roca caliza blancuzca con paredes de más de 100 metros de altura, dolinas, sumideros, torcas… Y hayedos y bosques de roble bajo.
Aunque difícilmente los verás, en la zona viven libremente lobos.
Recinto turístico de la Cueva de Valporquero: un lugar para pasar el día
Es una zona cuidada, ideal para disfrutar del día al aire libre antes y después de visitar el interior de la cueva. El paisaje es precioso, se respira tranquilidad. Y hay servicios prácticos como la cafetería-restaurante, merenderos y parque infantil al aire libre, taquillas, espacio para exposiciones y aparcamiento.
Qué hacer después de ver la Cueva de Valporquero
- Comprar y catar los famosos embutidos y cecinas de Vegacervera. Su especialidad es la cecina de chivo.
- Visitar el mirador de La Atalaya, situado a 1.410 metros de altitud.
- Ver el pueblo de Valporquero de Torío y sus casas de piedra.
- Hacer unas fotos al Cogullón, una curiosa formación rocosa.
Vívelo en persona, escápate a León.