Que fuese elegida mejor destino europeo en 2021 es la mejor prueba de que hay mucho que ver en Braga. Y qué mejor momento para visitarla que ahora. La afluencia de turistas ya no es tan intensa y, por tanto, podemos recorrerla con la calma que se merece.
La ciudad de Braga se encuentra en el norte de Portugal y es la tercera más poblada después de Lisboa y Oporto. Debido a la gran cantidad de iglesias y santuarios, a veces se le llama a Braga la Roma portuguesa.
Pero lo cierto es que esta emblemática ciudad tiene muchas más facetas para hacer disfrutar al visitante de una escapada tan agradable como cómoda.
Santuario Bom Jesus do Monte: La joya que tienes que ver en Braga
El Santuario Bom Jesus do Monte es sin duda la respuesta por excelencia a la pregunta ¿Qué ver en Braga? Se halla sobre la cima de una colina a las afueras de la ciudad. La ubicación es de fácil acceso tanto en coche particular como en autobús desde el centro.
Ascender por su escalinata monumental puede suponer un ejercicio de fe, desde luego, pero para nada ese es el único valor turístico que presenta. Cualquier viajero, espiritual o no, puede deleitarse en presencia de este escenario tan incomparable.
La famosa escalera lleva el nombre de Escalera de los Cinco Sentidos. No solo es un conjunto de muros y escalones zigzagueantes, también está decorada con fuentes, estatuas y otros elementos llenos de simbolismo. Además, está inmerso en un espacio natural lleno de vida, donde destacan el canto de los pajarillos en primavera.
Y en la cima se alza una iglesia de principios del siglo XVIII, de estilo barroco y decorada con gárgolas, pináculos y el escudo de la corona portuguesa.

La escalinata y la iglesia que conforman el santuario son la puerta de entrada al bosque de Bom Jesus do Monte
Este bosque es envolvente como pocos y precioso en otoño, con las hojas caídas de diversos tonos de amarillos y marrones. En invierno tiene un verdor explosivo y húmedo, y cierta decadencia melancólica que acaricia los sentidos. El conjunto tiene reminiscencias románticas que recuerdan a la Quinta da Regaleira, en Sintra. En el bosque hay jardines y árboles, por supuesto, y también senderos serpenteantes, cenadores, riachuelos, una gruta y una pequeña laguna.
En las inmediaciones hay también hoteles, templetes y hasta un funicular hidráulico que, con más de 100 años, es el más antiguo de la Península Ibérica. Este elevador es una buena alternativa si quieres evitar los casi 600 escalones de la escalinata.
Por último, qué mejor para despedirnos de este emblemático y pintoresco lugar que recreándonos en una vista panorámica de Braga. Te dejará sin palabras y hasta te costará ponerte en marcha de nuevo.
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Qué ver en Braga: El casco histórico
Sin duda el casco antiguo es de esos lugares que hay que ver en Braga. Además de un rico patrimonio de época barroca, tiene la ventaja de que no te llevará más que una mañana recorrerlo.
Jardines de Santa Bárbara
Los jardines de Santa Bárbara conforman un espacio que aúna sencillez y belleza. Son un buen ejemplo de que con poco se puede lograr mucho. Se encuentran detrás del Palacio Episcopal, en pleno centro histórico. El diseño de los jardines es un legado del siglo XVIII, y en ellos encontraremos un tapiz de flores y setos llenos de colorido.
El contraste de vitalidad que ofrecen frente a los muros de piedra del Palacio Episcopal situado al fondo alegra el espíritu. Y la guinda a tan linda escena la ponen los restos de un conjunto de arcos medievales integrados en el jardín. Algo tienen esos arcos desnudos que trasmite una nostalgia dulce y romántica.
Los arcos, los setos, la alfombra de flores y los muros de piedra… todos estos elementos se conjugan de una manera fantástica para dejar en la retina una de las improntas más duraderas de la visita a Braga.
Sé (Catedral) de Santa María de Braga
La Sé de Braga es el edificio religioso más antiguo, no solo de la ciudad, sino de todo el país. Se empezó a construir en 1070. Con los años se han indo incorporando diferentes estilos arquitectónicos, desde el románico y el gótico hasta el barroco.
En la fachada de la catedral dominan dos torres laterales y tres arcos de entrada. El interior alberga los restos de los padres de Alfonso Henriques, primer rey de Portugal. Y en la capilla mayor se conservan dos órganos monumentales del siglo XVIII.
El coro también atrae la mirada por su opulencia, que contrasta con el tono en general sobrio del resto de la construcción. Y en la capilla de la Gloria confluyen el estilo gótico con los típicos azulejos portugueses.

Igreja (Iglesia) da Lapa
Esta iglesia llama la atención también por la maravillosa arcada de su fachada, que es muy emblemática en la ciudad. Los arcos son tan llamativos que la pequeña puerta al interior de la iglesia pasa fácilmente desapercibida. Pero si nos alejamos a suficiente distancia veremos que sobresale su torre campanario, y cuatro estatuas de granito junto a la puerta de acceso.
Es una iglesia pequeña, de una sola nave y arquitectura neoclásica con revestimiento de azulejos. Se encuentra en la plaza de la República, en pleno centro de Braga, llena de cafeterías y restaurantes.
La Igreja da Lapa es una de las más de 40 iglesias que tiene Braga. Otras que también destacan entre las demás son:
- Iglesia de la Santa Cruz, en cuya fachada barroca se encuentran escondidos tres gallos esculpidos en piedra. El gallo es uno de los símbolos de Portugal.
- Iglesia de la Misericordia, que se remonta a 1562 y que conserva elementos arquitectónicos renacentistas en su fachada.
- Iglesia do Pópulo, incluida en el convento del mismo nombre. En el interior puede admirarse un revestimiento de azulejos en azul y blanco, tan característicos del país luso.
Casa do Raio
Si visitas Braga no puedes dejar de pasarte por delante de la fachada de este llamativo edificio con puertas y azulejos de color azul. El estilo es claramente rococó y fue construido entre 1752 y 1755 por un rico mercader que hizo fortuna en México. Es por esto que también se lo conoce como la “Casa del Mexicano”.
Y hasta aquí nuestro breve repaso. Podríamos mencionar otros muchos lugares que ver en Braga. Pero en esta ocasión nos apetece no desvelar todos los ases en la manga que aún oculta esta bonita ciudad. ¡Vale la pena aventurarse medio sin saberlo todo y dejar que Braga nos sorprenda!